Una elección bien “berraca”

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Durante el furor de la novela “Escobar, El Patrón del Mal”, se escuchaba la palabra “berraco” en todas las oficinas porteñas. En Colombia, berraco (con b) tiene muchos usos. Alguien berraco es una persona con audacia que no se deja vencer por la adversidad o alguien que sobresale en alguna actividad por lo bueno que es. Ahora, una situación es berraca cuando se convierte en un enredo difícil de solucionar. Esta última acepción nos sirve para calificar la primera vuelta de las elecciones a presidente que Colombia va a realizar este próximo 25 de mayo. Difícil, complicada, berraca.

Por Martin Kunik (Politólogo – Universidad de San Andrés)

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En la contienda electoral hay cinco candidatos, pero en estas últimas semanas se está polarizando en dos. Por un lado, tenemos a Juan Manuel Santos, actual presidente en busca de la reelección. Como presidente mantuvo la cohesión política, administró una etapa de crecimiento económico con el menor índice de desempleo en los últimos 30 años y desarrolló reformas en el ordenamiento territorial, el régimen de regalías y sobre el poder judicial. Ex ministro de Defensa del todavía popular Álvaro Uribe, Santos dio los golpes más contundentes contra la guerrilla. Sin embargo, en la última etapa de su presidencia se embarcó en un proceso de paz para lograr un acuerdo político con las FARC. Esta iniciativa hizo que el Uribismo, famoso por su intransigencia contra la guerrilla, entre en cólera y fustigue a Santos sin compasión. Álvaro Uribe lo considera un traidor a los principios de su “seguridad democrática”.

Del otro lado del cuadrilátero, está el uribista Oscar Iván Zuluaga, poderoso empresario y ex Ministro de Hacienda. A pesar del escaso conocimiento público, Zuluaga ha logrado despegarse del pelotón de candidatos y así comenzó a acercarse a Santos en las encuestas. Zuluaga se hizo fuerte en la región cafetera, Antioquia y la región centro (Huila, Tolima y Cundinamarca). Por su parte, la única región que Santos tiene más imagen positiva que negativa es en el Caribe, zona de altas tasas de pobreza.

A principios de mayo, según la encuestadora Polimétrica, Santos tendía un 27% de intención de voto, mientras que Zuluaga obtenía el 19% para la primera vuelta. Sin embargo, en los últimos días diversas encuestadoras dan un empate técnico en la primera vuelta con una intención de voto del 29% para el presidente y el uribista cada uno. En tercer lugar, con el 14% aparece la dirigente conservadora Marta Lucía Ramírez y, con 10% cada uno, la dirigente de izquierda Clara López Obregón y el ex alcalde de Bogotá y candidato verde Enrique Peñalosa. El voto en blanco ronda el 6%.

Ahora bien, más allá de la guerra de las encuestas, la campaña se vio teñida de escándalos para un lado y para el otro. Santos tuvo que dar de baja a su principal asesor de imagen quien se vio involucrado en un episodio donde se lo culpa de haber recibido 12 millones de dólares para que capos del narcotráfico se rindieran ante el gobierno y entregaran rutas y laboratorios a cambio de que no los extraditen. Zuluaga tampoco la sacó barata. Uno de sus colaboradores en temas de comunicación fue detenido por la policía acusado por haber interceptado correos electrónicos del presidente Santos y sus colaboradores en el proceso de paz con las FARC.

Más allá de las implicaciones judiciales que estos casos puedan tener, el fuego cruzado entre santismo y uribismo dista de calmarse. Día a día aparecen nuevos cruces y pases de cuentas. Si en primera vuelta Santos y Zuluaga mantienen sus apoyos, la segunda vuelta promete una tensión suprema. Berraca la vaina, ¿no?

Twitter: @martinkunik