ChatGPT y el futuro de los bootcamps de programación

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En el ámbito tecnológico el rápido ascenso de la inteligencia artificial (IA) ha sido recibido con una mezcla de asombro y escepticismo. Un área potencialmente afectada por estos avances es la educación, particularmente los bootcamps de programación, espacios de formación intensiva con énfasis en la aplicación práctica de los conocimientos adquiridos. La aparición de ChatGPT y otros Large Language Models (LLMs) representa un cambio profundo en cómo se programa y, por extensión, cómo se enseña y aprende a programar.

Formar desarrolladores en una era de máquinas inteligentes

Los bootcamps de programación ganaron prominencia prometiendo —y de hecho produciendo— cursos intensivos y rápidos que dotan a los estudiantes de habilidades tecnológicas que los hacen empleables. La aparición de LLMs capaces de generar código y corregir errores supone un cambio fundamental en este paradigma. Por un lado, ChatGPT puede actuar como un mentor siempre disponible, guiando a los desarrolladores de diversos grados de experiencia a través de problemas complejos y ofreciendo retroalimentación instantánea. Por otro, surge una inquietud: ¿podrían estos modelos superar y potencialmente reemplazar a los mismos programadores a los que ayudan a formar?

La habilidad de ChatGPT y similares LLMs para escribir código ha generado un debate sobre el futuro de los programadores humanos. Muchos creen que los LLMs pueden manejar tareas repetitivas o código estándar, reduciendo la necesidad de programadores principiantes. Con la habilidad de analizar grandes cantidades de código, los LLMs pueden ser una ayuda para encontrar errores y sugerir correcciones, reduciendo el tiempo que los programadores dedican a estas tareas. Con las instrucciones adecuadas, los LLMs pueden programar rápidamente y superar a los programadores humanos en tareas específicas.

Otra perspectiva ve el balance neto del impacto de los LLMs de manera más favorable, llevando más bien a una creciente demanda de programadores humanos. Según este punto de vista, el código generado por LLMs requiere supervisión humana para que cumpla con los estándares requeridos y sirva al propósito previsto. Los desarrolladores son necesarios para entrenar, guiar y mantener estos modelos. Más en general, como con cualquier avance tecnológico, surgen nuevas oportunidades. Mediante el desarrollo y exploración realizadas por los humanos podrán ampliarse los dominios y especialidades de las aplicaciones que utilicen LLMs.

Una respuesta clara a estas perspectivas contrastantes solo surgirá con el tiempo. Actualmente, el consenso se inclina hacia la idea de que los LLMs no reemplazarán completamente a los programadores humanos pero sí cambiarán la naturaleza de su trabajo. Los programadores podrían dedicar menos tiempo a tareas repetitivas y concentrarse en el diseño, estrategia y resolución de problemas complejos. La flexibilidad y el aprendizaje continuo se vuelven aún más cruciales para los desarrolladores. Mientras tanto, no cabe duda de que los bootcamps de programación deberán adaptarse a la nueva era de la IA. Empezando hoy mismo, tendrán que producir una nueva generación de programadores que no solo entienda las complejidades de la programación, sino que también pueda guiar y colaborar con herramientas de IA para obtener resultados óptimos.

De la programación a la supervisión y de las habilidades técnicas a las blandas

A medida que los LLMs automatizan tareas de programación repetitivas, el papel de los programadores humanos tendrá que evolucionar. El núcleo del trabajo de un programador pasaría de programar a supervisar, guiar y verificar la calidad del código producido por modelos de IA. Esto no es válido solamente para el mundo de la programación profesional; los bootcamps ajustarían su currículo para enfatizar estas habilidades de supervisión. Y mientras que los LLMs pueden tener fortalezas en sintaxis y manejar tareas repetitivas, aún no han dominado el arte de la intuición, la creatividad y la resolución de problemas complejos que compete a los humanos para el desarrollo de software.

Que las máquinas asuman más tareas de programación subraya el valor creciente de las habilidades blandas humanas. Herramientas como ChatGPT pueden manejar la sintaxis técnica, pero ¿son capaces de participar en un brainstorm, colaborar y comprender profundamente los problemas centrados en el humano? Los bootcamps, ante la aparición de los LLMs, tienen ante sí un propósito renovado: fomentar estas habilidades blandas esenciales, como creatividad, trabajo en equipo, liderazgo, resolución de conflictos, ética laboral, centrándose en la arquitectura del software y el pensamiento de diseño.

De los desafíos a las oportunidades

Más allá de los puntos mencionados anteriormente, el principal desafío para los bootcamps será rendir homenaje a su reputación como entidades ágiles y adaptables en cuanto al currículo, incluyendo rápidamente en sus cursos todo lo que un programador necesita saber en el área de la IA si quiere ser empleable. Por fortuna, al menos entre los líderes del mercado, ya hay señales de que esto está ocurriendo.

Más allá de eso, fundadores y gerentes de bootcamps están frente a un conjunto completamente nuevo de oportunidades atractivas como consecuencia de la disponibilidad de ChatGPT y los LLMs similares. Se podría asignar un tutor de IA personalizado a cada estudiante para reforzar considerablemente el consejo y seguimiento proporcionado por instructores humanos. Del mismo modo, ChatGPT podría integrarse en lecciones, talleres, hackathons o seminarios, brindando asistencia a los participantes en tiempo real. En el lado comercial de los bootcamps, la IA puede ser fundamental para responder de manera convincente a preguntas frecuentes, seguimiento a egresados, cursos introductorios más efectivos previos al bootcamp y otras ganancias de eficiencia que reducirían los costos operativos.

Generalizando un poco y prescindiendo por un momento de las muchas variaciones encontradas entre tantos bootcamps, todos enfatizan la formación personalizada y la mentoría, la orientación estructurada y personalizada para estudiantes de diversos orígenes, y tienen un toque personal con mucho trabajo en equipo e interacción humana con los instructores. En medio de todas las posibilidades que generan ChatGPT y los LLMs, será esencial para los bootcamps de programación no perder de vista las fortalezas de su enfoque metodológico para enseñar y aprender.

Un vistazo rápido a los bootcamps en América Latina

Los bootcamps líderes en América Latina ya están prestando atención a estos mensajes. Una rápida encuesta a cuatro bootcamps destacados que operan —y en algunos casos fueron fundados originalmente— en la región, indica que las herramientas necesarias para generar código utilizando IA —ChatGPT, pero en su mayoría otros recursos creados para profesionales de la programación— ya se están incluyendo en sus cursos. Los bootcamps no han recibido una demanda directa y fuerte proveniente de las empresas en este aspecto, pero perciben una difusión gradual del uso de ChatGPT y modelos LLM y quieren asegurarse de que sus graduados estén adecuadamente equipados. De lo contrario su empleabilidad podría estar en riesgo.

Un camino particular que la mayoría ya está siguiendo es el desarrollo de tutores de IA personalizados, individualizados para cada estudiante y capaces de acompañar a cada uno a su propio ritmo, algo que ven como un refuerzo del papel de los instructores y tutores humanos en lugar de entenderse como un reemplazo de los mismos. Otro camino, igualmente innovador, consiste en aprovechar las nuevas herramientas para formar a estudiantes que carecen de los recursos o la disposición para sumergirse en el aprendizaje de programación: los participantes en estos cursos innovadores pueden desarrollar una aplicación o contribuir a la automatización de un proceso con herramientas que, en sentido estricto, no involucren programación.

La perspectiva general es que la llegada de nuevas herramientas de IA no amenazará la misión, el enfoque metodológico central o la continuidad de los bootcamps de programación, y no se ve un debilitamiento de la demanda de desarrolladores en el mercado laboral, con la excepción hecha de eventuales desaceleraciones propias de los ciclos económicos. Siempre y cuando cada bootcamp que quiera perdurar adapte rápidamente su plan de estudios y sus métodos a los nuevos desarrollos tecnológicos, los líderes de los bootcamps permanecen optimistas. Con el tiempo, el mercado se moverá en la dirección de transformar el papel del desarrollador, probablemente convirtiéndolo en algo más estratégico o mucho más eficiente, y todo eso afectará el contenido de los cursos y los tipos de posiciones y compensaciones que recibirán los programadores, pero un reemplazo total de los desarrolladores humanos por máquinas no parece estar en orden, o al menos no antes de varias décadas en el futuro.

BLOG PUBLICADO EN EL BANCO INTERAMERICANO DE DESARROLLO