Cómo impactan las tecnologías de información en la gestión pública

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El presidente de la Asociación Argentina de Estudios de Administración Pública, Diego Pando, dialogó sobre los desafíos y la incorporación de herramientas en el control público. Además contó sus expectativas para el IV Congreso Nacional de Estudios que se hará en septiembre

Autora: Micaela Pérez Carrizo

La incorporación de tecnologías de información en el sector público representa un desafío que va más allá de cuestiones técnicas. Diego Pando, presidente de la Asociación Argentina de Estudios de Administración Pública, dialogó con El Auditor.info sobre los cambios que está atravesando el Estado por la tecnología.

Según el especialista, “son modificaciones profundas en las estructuras, procesos y equilibrios de poder dentro de las administraciones estatales” ya que ningún proceso de incorporación intensiva de tecnologías de información es prolijo, ni tiene un único camino. “La utilización intensiva de tecnologías de información implica alterar el equilibrio de poder existente en las administraciones públicas”, aseguró el especialista.

Pando explicó que la Inteligencia Artificial (IA) es la herramienta actual más relevante ya que no es un fenómeno nuevo sino que surgió en la década de los 50 y ocupó un lugar importante en la agenda de las ciencias de la computación desde los 70 hasta los 90 cuando una máquina le ganó una partida de ajedrez al entonces campeón mundial Garry Kasparov.

Lo que sí identificó el especialista como nuevo es “el diluvio de datos” por el volumen, la velocidad y la variedad que se generan a través de diversas fuentes ya sean drones, celulares, cámaras, satélites, redes sociales, páginas web, sensores, entre otras. Estos datos alimentan algoritmos que permiten, por ejemplo, mejorar la infraestructura urbana en base al análisis de la movilidad de los autos, hacer inteligencia fiscal del más alto nivel, luchar contra el contrabando aduanero, prevenir enfermedades o predecir deserciones escolares, entre otras cuestiones que ya están incorporando organismos públicos.

“Además de vivir en la época humana en la que más información se genera, hoy contamos con la capacidad computacional necesaria y las técnicas algorítmicas adecuadas para dar sentido a esta gran cantidad de datos”, puntualizó.

Para el especialista existen cuatro pilares para la gobernanza de datos: incentivar a los organismos a que generen y gestionen su información; coordinar los sistemas de captura y de gestión de datos; articular los organismos y ámbitos sectoriales para la toma de decisiones; y brindar asistencia técnica, de formación y recursos a los organismos.

A fin de fomentar una cultura digital en la administración pública, Pando destacó la importancia de contar con áreas rectoras que incentiven la generación y gestión de datos, coordinen los sistemas de captura y brinden asistencia técnica y formación a los organismos.

Según el especialista, los organismos rectores a nivel nacional, como la Jefatura de Gabinete de Ministros, tienen un rol fundamental para coordinar y lograr una acción colectiva más eficiente: “La digitalización y simplificación de trámites y servicios públicos puede mejorar significativamente la experiencia de los ciudadanos”.

Entre las principales barreras que presentan los sistemas de información gubernamental, Pando identificó la heterogeneidad y falta de articulación que hay en el Estado en todos sus niveles. “Tenemos organismos que han logrado a lo largo de dos décadas avances tecnológicos muy interesantes y otros en los cuales la cultura del papel y la cultura del trámite permanecen casi intactas”, precisó.

En cuanto a las lecciones que se pueden extraer de experiencias exitosas en otros países, Pando mencionó el reconocimiento de las élites políticas sobre la importancia de fortalecer la administración pública a través del uso de tecnologías. Además, la relevancia de contar con planificación, evaluación y un servicio civil profesional.

Empleo público

En referencia al empleo público, Pando señaló que entre los principales desafíos están los ingresos por concurso abierto y transparente, la estabilidad y profesionalización de la alta dirección pública, la capacitación, la planificación del desarrollo de carreras y los techos de cristal, la cuestión salarial, y el desafío de avanzar en materia de evaluación del desempeño.

“La situación es preocupante particularmente en las provincias, donde se concentra el 60% del empleo público total”, ahondó. A la vez, explicó que hay seis provincias sin carrera administrativa y otras en donde existe solo el plano formal. Por otro lado, hay 15 provincias sin convenio colectivo de trabajo. Los desafíos se acrecientan en el plano provincial y más aún en el municipal donde el tema salarial es crítico.

Tal como lo indica el especialista, muchas veces los sindicatos son la coartada perfecta para desviar la atención por las responsabilidades del deterioro del empleo público que debieran centrarse en las élites políticas de las últimas décadas que condujeron el gobierno y la administración pública.”Si la política no hace suya esta cuestión del empleo público en particular y de la administración pública en general, será imposible salir de esta situación de estancamiento”, sostuvo.

Fuente: El auditor